Susana

Susana juega con la escoba
y un muñeco de verdad,
el niño que se ha sumado
a esta larga enfermedad;
la vida, se llama vida
pero no se puede curar.
Ella tiene once años,
según le pudieron contar,
cada uno pesa el doble
Y ella jura que son más.
Desde que su tío la besa como
en las novelas,
Tiene un susto escondido,
y no quiere ir a la escuela.
Ahora que es mayor,
ya no juega a las muñecas.
La niña desayuna gritos
y merienda trabajos.
se pregunta si a blanca nieves
alguna vez la violaron.
no sonríe porque es fea,
con los dientes deformados.
ve a los niños jugar
En las aceras del barrio.
pasa sin correr, ocultando sus manos.
Susana tiene enormes ojos cafés...

y los brazos morados.

La libélula y el sauce.

Adiós, le dijo el jilguero a la golondrina...
adiós!
voló alto y en el cielo dibujó un corazón.

Adiós, le dijo el anciano a la esperanza,
y se sentó en la cripta de sus años.
y la esperanza lo abandonó.

Adiós! le dijo el joven a su suerte,
en medio de fichas y copas en el mostrador.


Adiós! gritaba el suicida a la vida,
con un revólver cargado, en el callejón.

Adiós! Carraspeaba el tirano,
al poder absoluto que alguien derrocó.

Adiós! lloraba el lirio a la espiga,
bajo el sol ardiente que lo marchitó.

Adiós, Adiós!

Adiós, dijo la libélula errante,
a un hermoso sauce bañado en flor.
Moriré de amor y frío esta hermosa tarde...

Mas el sauce, indiferente, no la escuchó...

Cupido y el crack

Prohibido sentir;
Soy una autómata por las calles sin luz.
El desprendimiento de estrellas sobre el iris..
Voy despacio...
Salí entre los escombros de tu indiferencia,
como una liebre al sonido de los aullidos.
Maquillaje de noche;
retocarme el orgullo frente al espejo,
sentirme hermosa y feliz de serlo!
Contar otra historia:
Olvidé tus cejas y nosé
si alguna vez jugaste con mi cabello...
Touché!
La intransigente involuciona:
En el asiento del auto; Ve un beso, lo limpia y se lo come.
Princesa de cartón;
Dos copas de vino en la mano;
los pechos besados no tienen memoria!
Concierto de rock;
saludo de lejos sobre el tumulto,
con el corazón en fuego... Ella no era yo...
Domingo de noche, en el callejón:
¡Cupido maldito, Cupido !

¡Cambió por crack, las flechas que eran para vos!

Auvers

Las batallas que no he ganado
los sables desenvainados
de este waterloo In crescendo

El puente de piedra,
bajo el cual te despedí,
para morir en las aguas del Sena.

Ya todo está listo para navegar
en la noche oscura de esta mentira.
ya ves, sé muy bien que lo mismo te da...

La calle se hizo diamantes al llover,
me devolví empapada en llanto
del puerto en penumbras de tu recuerdo.

Esta daga clavada me impide el andar;
dejándome el sabor acre del hierro.
Ya sé.. lo mismo te da..


La derrota de los aliados,
en tropel la caballería
ahora sólo soy una ciudad caída...

todos los campanarios de Ruán
han doblado por mis heridas
mis ojos son pueblos en ruinas..

Bajo un farol de la plaza
re escribo la batalla perdida

A lo lejos, Auvers llora un Vincent suicida...

Terruño

Ve el camino al horizonte,

sin sol al despertar.

Lleva en su alma el monte,

y en sus ojos el maizal.

Mente abierta, piel Marchita,

¡mucha tierra que sembrar!

Pasos firmes por la milpa,

trabajar sin descansar.

Sílbido perenne en el árbol,

que el viento hace, al pasar.

mudo, descalzo, encorvado,

y el sol que empieza a quemar.

Doblarse la vida

macheteándo la maleza;

ha pasado así sus días

desde que tiene consciencia.

¡ Oh, campos inmensos!

tierra de no acabar!

el sol y la lluvia al tiempo

en la milpa o el frijolar.

En la troja , la noche llega ya,

y en la estera a dormir.

Mañana, más montaña que partir

y más sangre que sudar.

¡Eterno destino de alma serena!

¡ trabaja campesino, una tierra ajena!